Con los incendios forestales del verano tanto expertos, profesionales como grupos ecologistas nos está recordando que la gestión de los bosques y la tierra es esencial para protegerlos contra el fuego. El problema está en conseguir que sean rentables para que los propietarios privados, en manos de quienes está la mitad de la masa forestal puedan afrontar su mantenimiento.
La biomasa forestal es uno de los principales recursos que esconden los bosques y, aunque su utilización ha aumentado en los últimos años, todavía queda margen. “Los bosques de Catalunya crecen cada año tres millones de metros cúbicos, y apenas extraemos 1,2 millones, es decir, sólo aprovechamos el 40% de su capacidad de crecimiento”, explica Adriano Raddi, del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC).
“El problema de no aprovechar este recurso es que se genera una carga de biomasa muy peligrosa”, advierte Raddi. Esta realidad choca con las connotaciones negativas que tiene la tala de árboles. “Aquí el problema no es la deforestación, como en la Amazonia, sino el crecimiento incontrolado del bosque”, aclara el experto.