Los principales biocombustibles sólidos, obtenidos a partir de la biomasa, son pellets, astillas de madera y hueso de aceituna. También son biocombustibles otros —menos abundantes— como las cáscaras de frutos secos; o menos homogéneos y tecnificados, como la leña. Pero todos ellos, igual de importantes.
Habitualmente, los biocombustibles sólidos se tratan (secan, criban, prensan, homogenizan…) para estar perfectamente listos antes de ser usados en estufas y calderas. A continuación se ofrece una breve descripción de los principales tipos de biocombustibles sólidos, así como un apunte sobre las ventajas e inconvenientes de los mismos.
El pellet de madera
El pellet es el biocombustible más elaborado. Son pequeños cilindros de 6 a 8 mm de diámetro y de 10 a 40 mm de longitud, que se obtienen prensando serrín de madera. Gracias a la lignina, componente natural de la madera que hace las veces de pegamento, se consigue formar pequeños cilindros sin utilizar ningún aditivo.
Las principales ventajas son:
• Alto poder calorífico, homogeneidad y composición constante, lo que permite conseguir rendimientos energéticos muy elevados.
• Mínimo contenido en cenizas, que reduce las necesidades de operación y mantenimiento de estufas y calderas.
• Máxima disponibilidad en el 100% del territorio, facilidad en el suministro, en sacos o a granel.
• Precio competitivo frente a los combustibles fósiles
• Funciona como un fluido, lo cual facilita la automatización de las instalaciones: tolvas o depósitos (va introduciéndose solo el biocombustible en la caldera), transportes y descargas (se puede transportar en cisternas como el gasóleo C y descargar automáticamente con una manguera en el depósito).
• Garantía de calidad ENplus®, ya que el 85% del pellet fabricado en España tiene esta certificación de calidad.
• Es un biocombustible con mucha implantación en Europa; y los equipos que lo utilizan son numerosos y baratos.
Su desventaja frente a otros biocombustibles, como las astillas de madera o las cáscaras de frutos secos, es que el precio es más elevado. En 2018, el precio del pellet ENplus® suministrado en la vivienda con camión cisterna es de 240 euros por tonelada.
La astilla
Las astillas son el producto resultante de la trituración de la biomasa de origen leñoso, que proceden principalmente de industrias de madera, como aserraderos, carpinterías, limpiezas forestales y podas.
Tienen un tamaño variable, en función del grado de trituración al que se hayan sometido. Se consigue aumentar su valor energético con un procesado simple de secado y clasificado.
Su principal ventaja es que, comparado con otros combustibles, su precio es el más barato en términos energéticos.
En 2018, el precio medio de la astilla para uso doméstico (puesto en la vivienda con un camión) es de unos 108 euros la tonelada, con tendencia bajista desde hace tres años.
Actualmente, las principales empresas suministradoras ofrecen astilla con certificado BIOMASUD, que garantiza la estandarización.
En cuanto a las desventajas de la astilla, frente a otros biocombustibles, son: al ser menos densas que el pellet, requiere más espacio de almacenamiento; y exige equipos más robustos que los que usan pellets; además, el coste de la instalación suele ser mayor.
La astilla se recomienda para todo tipo de calderas industriales, calderas de uso colectivo (en una comunidad de vecinos, por ejemplo) e incluso en viviendas unifamiliares.
El hueso de aceituna
Su oferta depende de la cosecha anual y se usan de forma normal, ya que su tamaño que automatizar perfectamente la combustión.
El hueso de aceituna procede de las almazaras de aceite de oliva. En España, primer productor mundial de aceite de oliva, se obtienen entre 300.000 y 500.000 toneladas anuales de hueso.
Para usarlo como biocombustible sólo hay que secarlo y eliminar las partículas finas.
Además de poseer un elevado poder calorífico, una ventaja destacable es que tienen un precio menor que el pellet. En 2018, el precio medio del hueso de aceituna de uso doméstico llevado con cisterna a casa es de unos 165 euros la tonelada.
Y la desventaja, además de depender de una cosecha estacional, es que su contenido en cenizas, aunque aceptable, es superior al del pellet; por lo tanto, requiere más mantenimiento.
La leña
La leña se define como “madera cortada y troceada”. Es el biocombustible menos elaborado y controlado.
Aunque su uso está en decadencia, el elevado número de chimeneas en viviendas independientes poco eficientes hace que este biocombustible tradicional siga siendo el más usado en España. Su principal ventaja actual es el atractivo emocional.
Comparando la leña con el resto de biocombustibles los inconvenientes son:
• Mayores complicaciones de almacenaje. Se suelen realizar las operaciones a mano.
• Falta de homogeneidad, lo que no permite automatizar la combustión y se generan mayores emisiones de partículas y cenizas.
• Mayor dificultad en la automatización de los sistemas de combustión. La carga suele hacerse manualmente.
• Alta variabilidad de precios. Teniendo en cuenta su rendimiento energético, el precio suele ser mayor comparado con otros biocombustibles.