El consumo de pellets en Europa en estufas y calderas de pellet con potencias hasta 50kW destinados a la calefacción residencial, alcanzó los 14,1 millones de toneladas en 2021, en 2020 fueron 11,9 millones, lo que indica un incremento del 18 % más que el año anterior. Son datos del último Informe Estadístico Bioenergy Europe.
Por el lado de la oferta, en 2021, la producción europea aumentó un 9% y llegó a fabricar 21,6 millones de toneladas de pellets sin contar con la producción de Rusia, Bielorrusia ni de Ucrania. Siendo prácticamente suficiente para suministrar los 14,1 millones de toneladas que se necesitaron para producir calor en el sector residencial y 7,2 millones de toneladas que se consumieron en el sector industrial (calderas, generadores y quemadores con potencias por encima de 50KW), y solventando así parte de la dependencia energética a la que están sometidos los países europeos.
Qué razones encontramos para este aceleramiento del consumo.
El aumento de la demanda de pellets ha venido provocado por la crisis energética de los combustibles fósiles iniciada ya en el primer semestre de 2021, antes de acrecentarse con la invasión de Ucrania. En países como Alemania, Francia o Polonia, la instalación de nuevas calderas de biomasa en el sector residencial ha exhibido enormes tasas de crecimiento, en muchos casos llegando a multiplicarse por cuatro. De hecho, se estima que en los dos últimos años se han instalado en Europa unas 250.000 nuevas calderas de pellets.
La actual crisis energética está permitiendo demostrar la fiabilidad de la biomasa como fuente de energía para calentar Europa, lo que requiere de políticas estables y de incentivos propicios que ayuden a acelerar la descarbonización y la independencia energética de las importaciones de gas. Con ese fin, en algunos países se han implementado ya medidas fiscales que garantizan que los precios de los pellets de madera se mantengan en niveles aceptables para los consumidores, se han eliminado las subvenciones a los combustibles fósiles, e incluso se está prohibiendo la instalación de nuevas calderas de gas o gasóleo.
Cuál es la situación de este invierno y la previsión.
El aumento de la demanda de pellet, el interés por acopiar pellets para todo el “invierno”, las sanciones comerciales a Rusia, la escasez de materia prima y el aumento del coste de producción han elevado los precios de los pellets en toda Europa. Pero a pesar de todo, el precio del pellet ha demostrado todos estos años ser mucho menos volátil que los precios de los combustibles y ser mucho más competitivos que la electricidad y el gas fósil, que están alcanzando niveles récord.
El trabajo de los fabricantes europeos del sector es funcionar al 100% para tratar de garantizar el suministro de calefacción en toda Europa. Ya se está trabajando en nuevas y más eficientes fábricas de pellet desde el pasado año, siendo más que previsible que aumente la capacidad productiva con nuevas fábricas de pellet y ampliaciones en países productores de pellets con el fin de satisfacer el aumento de la demanda europea los próximos años y descontar las, hasta la invasión de Ucrania, crecientes importaciones desde Rusia.